REVISTA LITERARIA MONTEGRANDE
INAUGURACIÓN EL 19 DE JUNIO 2011
DÍA SEGUNDO ANIVERSARIO REC

RADIO PIANO BAR

DIFUSIÓN DE LOS ESCRITORES DE LA WEB CON JAIME LEÓN CUADRA- MONSIEUR JAMES

martes, 28 de junio de 2011

PERROS DE PAPEL LADRANDO PALABRAS

IMAGEN: FREDY RAMÓN PACHECO


Fredy Ramón Pacheco
San Salvador El Salvador



PERROS DE PAPEL LADRANDO PALABRAS

E

n la contumacia hedonista, dejando los yertos bueyes de la falaz embestida; aquellos empinados en sus yuntas desvariando empobrecidos por los empedrados; cabizbajos siempre mirando al subsuelo habitado de hormigas y resto de parásitos vivientes también, animosos también en su lar, sus refugios dignos de ser mencionados en cualquier verso, dejando la baba como huellas dulces para el consumo humano. Ah! aquí es donde entran los poetas y van directo al proscenio, marchando jubilosos con sus piernas entubadas y la nariz siempre enlutada, por la flema que jamás sale de las fosas, en las bacanales de soledad, ni se suena gigante con palabras de seda. Quizás me quedo un instante mas con los insectos detonantes de la calzada, donde una vez los bueyes traquetearon sus patas metralla, arrastrando su pesadez de palabras rumiadas; y la baba de ellos penetraba la tráquea de las hormigas. Éstas claro que podían regurgitar frases enanas y hasta comentar ilusas sobre el parloteo de los bueyes y bondadosas aplaudir a los bardos angustiados en el proscenio por ser comprendidos en la insolencia de oquedades y monotonía. Claro que había belleza en el pasado de Letras. Si, cuando se escribía con mayúscula y los cortesanos se meaban en las fuentes de Baco, plumas de zopilote en sus sombreros y los calzones eran bombachos y sólo declamaban mariconerías para asombrar a la puta Europa. Hoy no basta el corbatín mugroso, siempre en el cuello mugroso, ni la esgrima de verbos, ni el arrastre bullicioso de las zetas, ni el chasquido asqueroso de la garganta escupiendo bacilos tuberculosos como palabras, para impresionar el auditorio. ¡Ahí están! Luz cenital, sin decir nada que parezca poema. Solo gesticulaciones terminales como pandemia cancerosa en sus lenguas. ¿Nobles? ¿Nobles?

¡Jijijijiji! Ríen las hormigas


Florecen entre las patas de los bueyes, árboles de mansedumbre, pastizales de agonía, y una bandada de colibríes esperan su comida.

Fredy Ramón Pacheco

freddyrpacheco@yahoo.es

sábado, 25 de junio de 2011

Literatura chilena: Escrito por Pepe Aedo

Literatura chilena: Escrito por Pepe Aedo


Escritores_chilenosLas nuevos corrientes y puntos de vista en la literatura y de la historia de la literatura tienden a considerar como literatura oral a las narraciones tradicionales de los pueblos indígenas (que poblaban el territorio chileno y toda América antes de la conquista).

Por distintas razones estas manifestaciones artísticas se han mantenido lejanas al gran público.

Del período colonial se destacan los nombres de Pedro de Valdivia, Alonso de Ercilla y Pedro de Oña, escritores que abordaron el tema de las luchas entre indígenas y españoles (desde una perspectiva épica y favorable al mundo español).

Cuando en el siglo XVIII cuando comienza a surgir la identidad nacional chilena, también surgen las primeras manifestaciones de la literatura nacional: sobresalen figuras como Vicente Pérez Rosales, Jotabeche, Salvador Sanfuentes, José Victorino Lastarria y Alberto Blest Gana. Estos escritores, en su mayoría, se destacaron también en la política, la diplomacia y el periodismo, actividades que eran propias de un hombre de letras de la época.

Ya en el siglo XX, surgen quienes aún hoy son considerados los principales escritores chilenos: El prolífico Vicente Huidobro, con sus textos vanguardistas; Nicanor Parra y sus particulares antipoemas; Gabriela Mistral y su delicada aunque apasionada poesía; y el famosísimo Pablo Neruda.

Estos dos últimos escritores ganadores del premio Nobel. (No deja de ser un dato curioso que un premio que todavía mantiene tanto prestigio en el mundo, y que le ha sido esquivo a otros grandes escritores latinoamericanos, le fuera concedido, en un breve periodo de tiempo (15 años), a dos poetas chilenos).

José Donoso, Jorge Edwards, son dos escritores más recientes que han brillado en el género narrativo.

Llegando a nuestros días, Isabel Allende es actualmente la escritora más conocida de las letras chilenas. Su obra ha sido leída traducida a varios idiomas y llevada al cine; y junto a la pluma de Marcela Serrano han aportado el punto de vista de la mujer a un mundo casi exclusivo de hombres.

Roberto Bolaño es quizá el escritor más talentoso que ha surgido en los últimos años en Chile. Lamentablemente desaparecido a los 50 años, edad en que la mayoría de los escritores llegan al pleno uso de sus facultades.

Una la lista de los escritores talentosos de las nuevas generaciones sería una lista demasiado extensa. Cabe consignar que Chile es tan rico en escritores como en cobre.

3 de agosto de 2008

domingo, 19 de junio de 2011

TERCER GANADOR NARRATIVA CONCURSO LITERARIO RED ESCRITORES COQUIMBO, "IMPIEDAD" POR JAIME LEÓN CUADRA.



Jaime León Cuadra

AMINA LAWAL – Pintura de Patrice A. Blanco

IMPIEDAD

18 mayo 2011

Las hordas embravecidas están gesticulando toda la miseria de una humanidad extraviada, que vocifera fanatizada e incólume allá en la acera inmisericorde. A la misma hora que la bruma de una guerra implacable, la condena bajo el refugio gris de su hipócrita e insana mascarada de una virtud que le es impropia.

Berrea, reprocha, increpa. Abrigada de sarcasmo exige lapidación.

¡Amina* al paredón! Repite inclemente.

Desligada de piedad, su intolerancia se anima. Acusa, reprueba con toda la naturaleza de una probidad que desconoce.

Amina, calma en su fulgor de madre indómita, no recrimina el desprecio del tropel iracundo. Sabe del dolor del mundo y lo hace propio. No puede explicarle a su hijita, ajena del alarde de la muchedumbre y del odio del que está envuelta.

¡MUERTE POR LA PIEDRA A LA MUJER ADÚLTERA! Un coro repite exaltado: ¡MUERTEEEEEE!

Renace el Izcariote y con impúdica ignorancia los aprueba. Y desde balcón de su terrenal reinado declama: Con el orgullo del hombre no se juega y por el Dios del mundo, valga condena.

Jubila el tropel a contratiempo y la hora del sacrilegio es apuntada, la condena será ejecutoria, sin compasión, sin lástima ni por la piedra.

Pero se alzan voces de gentes buenas, un tanto más letrarias un tanto más humanas. La protesta se hace más fuerte que sus blasfemias. El miserable reyecito se apaga. La dignidad del mundo esta a salvo, tambien la de Amina, la mujer afgana.

* Amina Lawal, mujer afgana, condenada a morir lapidada por adulterio en el año 2005; Fue absuelta gracias a la intervención de varios organismos internacionales.

Derechos Reservados © Jaime León Cuadra

Sobre nuestros HERMANOS-HUMANOS por Patrice A. Blanco







Patrice A. Blanco

Sobre nuestros HERMANOS-HUMANOS

CARTA A UNA AMIGA

8 de diciembre, 2009

Querida amiga:

Hoy te escribo para tratar de contarte cómo comenzó esta historia. Me resulta difícil hallar la primera chispa que generó el funcionamiento de este motor maravilloso… a veces pienso que el principio está muy lejos en el tiempo y el espacio, en esos universos invisibles donde los ángeles nos preparan para nacer al mundo. Es como si sembraran una semilla en las profundidades de nuestros corazones. Después la vida mundana transcurre alimentándonos con sus experiencias, fertilizándonos el alma.

Las raíces crecen por dentro, silenciosas, imperceptibles. Nos desespera esta sed de felicidad y buscamos ávidos los éxitos profesionales, la pareja perfecta, las ambiciones económicas, lanzándonos por ese trampolín interminable del “querer poseer cada día algo más”, lo perfecto, lo mejor, la última moda. Hasta que llega ese día preciso en que se extiende el primer brote; es como abrir los ojos por primera vez a los misterios del existir.

A mí me tocó nacer a la realidad con el abrazo de estos seres admirables, los aborígenes de la etnia Mocoví.

Si pudiera relatarte el inicio de esta historia a través de las palabras que nos han expresado estos verdaderos hermanos, sería algo así: la esclavitud y el exterminio de los pueblos originarios no terminó con la colonización, como nos cuentan los libros de historia, sino que persiste hasta nuestros días; aunque con otros escenarios y actores que proceden conciente o inconcientemente –de la misma forma que favorecemos a la contaminación del medio ambiente con nuestras acciones cotidianas, muchas veces hemos sido los verdugos de estos pueblos sin saberlo-.

A principios del Siglo XX los pueblos originarios fueron víctima de lo que llaman LA GRAN MATANZA. En el norte de Argentina, fueron tomadas como prisioneras las familias aborígenes; encerraron en corrales a ancianos, adultos y niños sin diferenciación de edad y los fueron matando uno por uno; dejando impresa en esas almas como última imagen la muerte a machetazos de sus bebés, el degoyamiento de sus padres, los gritos de espanto de los ancianos que habían sido tan respetados y amados en estas culturas.

Mientras masacraban a sus familias, un grupo de niños logró escapar del exterminio y el horror. Buscaron refugio en el Monte Impenetrable, una selva tan temida por sus fieras y peligros hasta el día de hoy, que pocos se aventuraban a internarse en ella. Sin embargo estos chicos algunos de 3 y 5 años, sobrevivieron. Allí crecieron aislados de la cultura que nosotros conocemos. Hasta que alrededor de los años 70, la expansión de la agricultura, la tala de sus bosques, los abusos y el despojo, los tomó una vez más como víctimas. Fueron desterrados y emigraron hacia la zona que hoy habitan; para vivir en los márgenes de una sociedad totalmente ajena. Hasta hace pocos años ni siquiera hablaban nuestro idioma; y aun hoy luchan por insertarse y ser reconocidos como ciudadanos, como seres humanos.

Nos tocó conocerlos ahora, en el siglo XXI. Momento en el que pocos se interesan por preguntar sobre su historia e indagar por qué son tan pobres económicamente. Los de raza “blanca”, creemos que con el desarrollo de nuestras ciencias y su estudio, lo sabemos todo; tenemos esa costumbre de rotular, encasillar, basados en la omnipotencia de los preconceptos. Así que en la era de las “Barbies”, donde las mujeres para ser bellas tienen que cumplir con los requisitos de portar siliconas –cuantas más se coloquen mayor rango de “belleza” alcanzarán-, colágeno para deformar “hermonstruosamente” los labios, etc., a las mujeres aborígenes, dueñas de esa hermosura particular, con esa mirada limpia de quien no conoce alcohol drogas, noches de extravío, ni tantas cosas que han envenenado a las chicas de hoy, las llaman “indias sucias”.

A los niños que tienen esos rostros de ángeles esculpidos, valores humanos, buenos modales, educación que poco a poco vamos perdiendo, los discriminan en la escuela. Así que para ellos estudiar implica -además del esfuerzo, cuando tienen la suerte de tener una escuela a pocos kilómetros, de afrontar el aprendizaje de materias que sus papás desconocen, por lo tanto no pueden ayudarlos a estudiar-, enfrentar cada día la dura realidad de sentirse diferente, de otro color de piel, de otra raza, y digerir cotidianamente el desprecio de sus compañeritos, desaires, bromas pesadas, y tantos etcéteras…

Los hombres inteligentes, como dignos descendientes de esos niños que supieron convivir entre las fieras, aprendieron a nadar en el entramado de esta sociedad, no sólo adoptando el idioma español, sino también esos códigos sin nombre que permiten traducir las acciones, deducir las intenciones, anticipar las finalidades, encender y apagar mecanismos sociales. Gracias a ellos hoy podemos entendernos, comunicarnos, trabajar juntos; ya que no es fácil ser blancos, traer la mochila cargada del sistema educativo europeo. Es impactante descubrir que no era cierto que los “indios” eran salvajes cuando Colón llegó a América –sino que tenían Naciones perfectamente delimitadas geográficamente, organizadas, cada una con su propia lengua y cosmogonía, además de que vivían en armonía entre ellos y con la naturaleza que los rodeaba-; no era cierto que todos murieron durante la conquista –ese concepto nos induce a pensar que ya es tarde, no hay nada que hacer, que son cosa del pasado-. No era verdad que son indios; ese nombre les fue dado al creer erróneamente que las embarcaciones españolas habían llegado a la india. Tampoco son aborígenes, esta palabra significa “sin origen”; ellos tienen origen, son los primeros pobladores de nuestro continente. Son el homo sapiens sapiens que evolucionó de los homínidos que habitaron América, sólo que como aquí no se ha invertido tanto tiempo ni dinero en investigación como en otros lugares, predomina la antigua idea de que la vida comenzó en África y aquí llegó la humanidad quien sabe cómo, volando en globo, cruzando los glaciares a pie o como la creatividad de cada uno decida resolver el enigma.

La problemática de los pueblos originarios es más o menos la misma en la patagonia como en el norte de Argentina. Aparece una multinacional o algún millonario extranjero que compra inmensas extensiones de tierra; de la noche a la mañana les llega a estos pobladores nativos la noticia de que deben abandonar el espacio donde nacieron y vivieron sus ancestros desde tiempos inmemoriales. Ante la negativa viene una seguidilla de intimaciones y procedimientos jurídicos que como no arrojan los resultados esperados se terminan convirtiendo en amenazas, persecución, hasta que a costa de palos y muertes en muchos casos, culminan en desalojo. Las familias desposeídas de todo se lanzan a una odisea en busca de un lugar, merodean por varios pueblos hasta hallar un predio vacío, lo ocupan, levantan un asentamiento. Y allí se reinicia la persecución cuando el propietario del lugar toma conocimiento de que le ocuparon el campo y los gobernantes se ofuscan porque les cae como peludo de regalo el crecimiento de la población, las demandas de los propietarios, los reclamos de “los sin tierra”, que para ese momento ya son “sin tierra - sin trabajo - sin educación – sin salud”.

En el caso puntual de la Comunidad Mocoví que nos robó el corazón, poseen sus extensiones de tierra, y creo que así será por muchos años, ya que por tratarse de una zona que ha sido desmontada y los recursos se han agotado hasta el punto de convertir el paisaje en lo más parecido que he visto a un desierto, no creo que despierte el capricho de comprarla a ningún excéntrico multimillonario. Así que cuando los conocimos, cuando nos conocieron si intento contar a través de lo que nos narraron, eran un manojo de familias que pasaban días sin comer, que querían trabajar pero no podían ya que sus destrezas de cazadores, pescadores, agricultores eran imposibles de ejercer en aquel desierto o en el barrio al margen del pueblo.

Casi habían bajado los brazos.

Durante meses se dedicaron a orar con esa fe inquebrantable. Dicen que habían llegado a un extremo en el cual sólo la intervención divina podía ayudarlos.

Ves, amiga, cuando te digo qué difícil es contar cómo sucedieron las cosas! No se a ciencia cierta si nosotros llegamos a ellos o ellos llegaron a nosotros… y ahora que lo pienso… tampoco sabría decirte si nosotros somos los que los ayudamos a ellos o en realidad son ellos los que nos están salvando de que las vidas se nos pasen así, sin encontrarle un sentido, desconociendo la verdadera magnitud del amor que es capaz de experimentar un ser humano…

Patrice A. Blanco

Viejo nuevo hombre Publicado por Beto Brom




Viejo nuevo hombre
Publicado por Beto Brom


Se levantó temprano, sin necesidad, llegó hasta el espejo y exclamó a toda voz


-¡¡Lo lograste!!


Era su primer día de jubilado.


Hasta ayer, un trabajador como otros, amante de su profesión y de su trabajo.


Hoy un desocupado, en todo el sentido de la palabra. Apuro, no tenía. El reloj con sus sentencieras horas, no le incumbía.


Poseía todo el tiempo necesario para ocuparse en lo que más satisfacción le otorgaba, escribir, vagar con el pensamiento, poseía talento para maniobrar las palabras a su gusto.


Fue más fuerte que él, le apareció de imprevisto su primer trabajo. Una ráfaga de recuerdos se sucedieron, uno a uno, como si una mano los colocaba en escena. Dudó si un sueño era el responsable, no, bien despierto estaba.


Durante un tiempo, quizá instantes breves, gozó de las imágenes que pasaban como diapositivas.


Allí, en un principio, estrenaba sus recientes veinte años. ¿Cuanto tiempo transcurrió desde entonces?, cuarenta y siete para ser exacta la cuenta.


El espejo le guiño un ojo, gozaba de buena salud, su compañera de toda la vida se mantenía firme a su lado, sus hijos le regalaron hermosos nietos y nietas, plantó más de un árbol, y respecto a escribir había cumplido.


Se acomodó la escasa cabellera blanquecina, le arrojó una sonrisita sobradora a su compinche y salió a comenzar la nueva etapa.



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beto



IMPOTENCIA Publicado por Maria Oreto Martínez Sanchis




Pintura la_humanidad.- Cristina Alejos Cañada


IMPOTENCIA
Publicado por Maria Oreto Martínez Sanchis el abril 16, 2011 a las 8:21am en CONCURSO LANZAMIENTO REVISTA EXCELENCIA LITERARIA RED ESCRITORES COQUIMBO





En el teatro de la vida he escogido el papel de espectadora, pero no silente ni muda, sino comprometida y luchadora.

Observo la riqueza y la doblez de los favorecidos por Fortuna. Ríen felices al observar el papel que les ha tocado interpretar. No piensan en la Muerte, perpetua aliada de la Vida en la Naturaleza, más bien consideran que el oropel de sus blasones les exime del temor a su venida.
Realmente no se equivocan, ya que el dinero muchas veces consigue vencer a la enfermedad que, exhausta, cede su sitio a la salud. La Muerte, que había acudido a su cita con la Vida para reclamar el trofeo que le correspondía, huye enfadada ante la imposibilidad de cobrar. Su amiga queda triste porque sabe que, a cambio del privilegiado, deberá pagar a la Muerte con la esencia de un desafortunado.
Y así vivimos en un mundo impío. Nos relacionamos con la hipocresía e ignoramos la bondad, la inteligencia y la sinceridad, que sólo aparecen llorando en algún papel secundario concedido por caridad. Y que conste que ésta no abunda, por ello es difícil hallar virtudes en un mundo dominado por las ansias de poder y de dominio del fuerte sobre el débil. Ni siquiera los animales se comportan como los humanos, ya que sólo matan para satisfacer su hambre, mientras que muchos de los nuestros venderían su alma al diablo por un plato de lentejas.

Por todo ello, mi espíritu, que contempla expectante y con los ojos cuajados de lágrimas a la humanidad, reclama justicia, igualdad y fraternidad. Y no es que pretenda hacer míos los lemas de la Revolución francesa por muy paritarios que fuesen, es que no existe otra forma de metamorfosear este mundo en otro mejor.
Todos tenemos derecho a interpretar el papel de protagonistas, aunque sea durante un tiempo. Y una prueba de humildad sería que "aquellos que siempre bailan con la más bella", ocupasen durante un tiempo un papel secundario. ¿Cómo convencerlos? Educándolos en el amor al prójimo y en el altruismo.
Amar significa entregar y entregarse. Si el amor fuera el rey sin corona de este mundo, si él representara el papel protagonista en la obra de teatro que es la vida, no habría luchas ni conflictos por disputarse ese papel y el mundo sería mucho más humano.


Maria Oreto Martínez Sanchis

Soles y tiempos viviendo. Publicado por Eloisa echeverria





Eloisa echeverria

Soles y tiempos viviendo.



Humanidad de grandes manos preciosas,

de escapes, delirios de inmensas proezas
que siguen dejando las mesas vacías
llena tu estancia de cosas menos frías
y al mundo entero enséñale a respirar…
No te fatigues dejando miles formas
que en el camino postrero perderás
porque lo muy bueno, lo que te engrandece
está en el alma de muchos buenos seres
que en tu sendero limpio vas a encontrar…
No me lloro el haber querido venir
sólo me digo y repito a cada instante
que hago poco por ayudarte a vivir
Humanidad, llénate de bendiciones,
busca las manos de todos los hermanos
que están siempre a tu lado para avanzar.
No te entregues a malgastar en lo obscuro
el sendero de luz te puede salvar.
Fraterniza tu copla, enaltece el canto
que los cielos esperan verte volar.

SEGUNDO GANADOR POESÍA.- PAZ - POR MARÍA ORETO

PAZ
Publicado por Maria Oreto Martínez Sanchis el junio 14, 2011 a las 5:38pm en CONCURSO LANZAMIENTO REVISTA EXCELENCIA LITERARIA RED ESCRITORES COQUIMBO CONCURSO CERRADO











I

Vestida de esperanza, con alas de guipur,

planeas por un mundo plagado de conflictos

buscando la alianza de los nobles espíritus

que suplican la calma en un orbe sin luz.



Vestida de azucena y henchida de virtud,

diáfana reluces entre dulces arpegios

cuyas notas románticas resuenan en mi pecho

colmándolo de dicha, bondad y gratitud.



Vestida de paloma, alba como la nieve,

te han retratado artistas percibiendo tu esencia,

símbolo de pureza, aroma de inocencia

que encadena la Vida y en libres nos convierte.



Vestida de fantasma y en el mundo onírico

te adivino y jugamos demorando tu ausencia.

Ojalá que en mi ánima perciba tu presencia

y el mundo se encamine hacia un futuro mítico.







II




La inteligencia es don propio del pacifista

que busca la belleza, la bondad y el amor.

El cruel desalmado sólo causa dolor

al espíritu fiel que alimenta el artista


Maria Oreto Martínez Sanchis


DERECHOS RESERVADOS EN SAFE CREATIVE

PRIMER GANADOR POESIA: Flor de Soledad.- Rafael Mérida Cruz-Lascano

"FLOR DE SOLEDAD" redondillas.
Publicado por Rafael Merida Cruz-Lascano






Imagen bajada del Internet





Flor de Soledad


Es la hoja, rama y espina
en tu intima ruta insomnio
el pensamiento en vigilia
embriagada de su pena
en el crepúsculo errante.


Flor de tiempo que devora
y tú sabes , y yo sé
que con hiedra sube errática
en torbellino de ensueños
cortejando sola la huella
cono maromas de horror.


Eres verdad, pensamiento,
desconsuelo de una pena
fúnebre abismo salobre,
miedo suspiro, eco etéreo
sueño de párvulo arcángel.


Trino acre vaho, de tierra
desnuda, rizo de fuego
ráfaga viento ambulante.

Tu fruto ácido es amargo,
di en un adiós de muerte
que tenéis la uva negra
del ramillete mas falso.


La erguida rama es estatua
Esa espiga tu alma espina
Como cuando la flor se abre,
con voz de estambre y sirena
tallas espíritu aurora.


rama, espina, hoja , semilla
tu raíz es de desaire
en mi pálida mejilla
¡Soledad, vienes del aire!

Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano
Guatemala, C.A.

martes, 14 de junio de 2011

Cantalao: "El sueño de Pablo Neruda Neruda"

Cantalao: "El sueño de Pablo Neruda Neruda"

A_A_Mirar_el_mar“Ahora bien, mi casa es la última de Cantalao, y está frente al mar estrepitoso, encajonado contra los cerros”. Así comienza “El habitante y su esperanza”, la novela breve que Neruda escribió entre 1925 y 1926, donde el poeta funda este territorio mítico de rompientes de olas y vientos que surgen desde el océano, y que corresponde a Puerto Saavedra. Muchos años después, este paisaje volvió a materializarse ante sus ojos: lo encontró en los acantilados cercanos a Isla Negra.

A_A_Neruda_1En 1968 Pablo Neruda compra el terreno de 4,3 hectáreas, para construir la sede de su Fundación Cantalao, idea que tenía desde que donara sus libros y caracolas a la Universidad de Chile en 1954.

Para tomar posesión poética del lugar Neruda construye una cabañita de troncos, lampazos, puertas y ventanas con vidrios de colores, con orientación hacia el sur. Instala un ancla, simbolizando su intención de permanecer en el lugar.

La primera idea de Neruda, que emprende con el arquitecto Sergio Soza, es edificar un lugar central con estar, comedor y biblioteca, y que escritores y artistas construyeran alrededor pequeños núcleos habitacionales, que utilizarían de por vida, donándolos al morir a su Fundación.

FC-00340En 1972 el gobierno de Salvador Allende, junto a la Comisión Isla Negra-Pablo Neruda (destinada a generar obras que vincularan a Neruda con Isla Negra y lo ayuden a realizar Cantalao), encargan a la CORMU la ejecución del proyecto declarándolo de extrema urgencia. El diseño es abordado por tres arquitectos: Raúl Bulnes, Carlos Martner y Virginia Plubins, que trabajan junto al poeta. Éste modifica su idea original, para transformar Cantalao en un lugar de encuentro para artistas, escritores y científicos, en un edificio unitario que permita la realización de seminarios, exposiciones y convenciones, agregando un centro de “estudio del mar” con un acuario.

Se realizan intensas reuniones semanales de los arquitectos con el poeta en la casa de Isla Negra, donde paralelamente redacta los estatutos de su Fundación Cantalao junto a sus colaboradores más cercanos: Sergio Insunza, Volodia Teitelboim y Flavián Levine. Fue importante también en ese momento, la ayuda del rector de la Universidad Católica, el arquitecto Fernando Castillo Velasco, quien aporta en el sentido de la organización y la concepción general-paisajistica.

Así, paso a paso, con el apoyo de las Universidades de Chile, Católica y Técnica del Estado, la Corporación de Mejoramiento Urbano, la CUT y la propia Comisión Isla Negra-Pablo Neruda, se concretan el proyecto y el financiamiento para comenzar las obras en octubre de 1973.

Luego del golpe militar del 11 de septiembre de ese año, las obras que se habían iniciado en Isla Negra, son paralizadas y destruidas.

Al morir Pablo Neruda, la propiedad queda inscrita a nombre de su esposa, Matilde Urrutia, quien antes de su muerte, ocurrida en 1985, deja establecida de manera testamentaria la creación de la Fundación Pablo Neruda.

En 1987, en el marco de un evento cultural denominado Chile Vive, un grupo de jóvenes escultores de España, Gran Bretaña, Colombia, Japón y Chile, organizados por el escultor nacional Francisco Gacitúa, trabajan 9 esculturas de gran tamaño en piedra, inspiradas en el Canto General, que se instalan en Cantalao.

En la Octava Bienal de Arquitectura de 1991, primera desde el retorno de la democracia, el proyecto Cantalao, fue motivo del Concurso Internacional de Arquitectura, para lo cual la Fundación aportaba el terreno; el Colegio de Arquitectos el proyecto y el Gobierno de Chile el financiamiento necesario. El primer lugar lo obtuvieron los arquitectos chilenos Hugo Molina y Gloria Barros.

Por razones ajenas a la Fundación el financiamiento nunca se concretó, por lo que hoy la Fundación comienza una nueva etapa, liberada del compromiso adquirido en ese momento.

A_A_Neruda_2En 1990 un vecino del lugar, el ingeniero ambientalista Hernán Durán, propone a la Fundación la creación de un parque ecológico. Hoy se ha iniciado de manera muy responsable, una labor de rescate de las condiciones primitivas del lugar, recuperando su flora y fauna. El sitio fue cercado cuidadosamente con troncos y mallas, creando un portón que recuerda el primitivo de la casa de Isla Negra, para evitar el acceso de vehículos. Paralelamente, desarrollamos la idea de generar un parque ecológico y de esculturas, con un anfiteatro natural para realizar eventos poéticos, literarios y musicales.

FB-01643La cabaña del poeta fue fielmente reconstruida a partir de sus cimientos originales que permanecían como “huellas históricas” en el terreno. El ancla recuperó su posición vertical, señalando nuevamente la presencia de Neruda en el lugar.

Estas acciones no han significado en ningún caso el olvido del proyecto que se concibió junto al poeta y fue aprobado por él: Cantalao 1973.

Porque estamos “armados de una ardiente paciencia” creemos que más temprano que tarde se generarán las condiciones que nos permitan materializar el gran sueño nerudiano.

domingo, 12 de junio de 2011

NERUDA: MIL POEMAS ¡¡ MISIÓN CUMPLIDA !!‏

LA PORTADA DE VUESTRA OBRA


Queridos Poetas y Poetisas
La misión está cumplida
Los “MIL POEMAS A PABLO NERUDA” se han completado a las 5:30 hrs. de la
madrugada del 11 de Junio.
Ha sido una ardua tarea en la que todos ustedes son los verdaderos protagonistas.
Esta familia Literaria se compone de amor y amistad incondicional para las
“TAREAS DE POETAS” que nos llevan hacia un mundo mejor.
Es impresionante como han podido plasmar en las mas diversas figuras
gramaticales y Literarias el amor hacia un semejante, hacia un iluminado
como “Pablo Neruda”
Muchos no creyeron en el éxito de la convocatoria, yo, nunca dudé de
la capacidad de ustedes, a muchos les conocía y sabía de la grandeza
de vuestros espíritus e imaginaba que los nuevos por conocer serían iguales,
y, no me he equivocado, son seres humanos maravillosos.
A las 5: 30 de la madrugada, después de estar la última semana trabajando
a full, hasta altas horas de la noche, se derramó mi caudal de lágrimas por
la alegría de otra etapa cumplida, por tener mas que amar en mi vida. Porque
es mentira que los hombres no lloran, las emociones cuando son verdaderas
y nacen del alma, son vertientes cálidas que humedecen nuestros ojos y
caen por nuestras mejillas como el caudal emocional que por esta vez,
es de alegría.
Son muchos los que no participaron, algunos pedían magazzines, grandes
artículos, prensa y lumbres antes del logro, les digo a ellos, que la humildad
es parte de la esencia universal de nuestros comportamientos, que nos lleva
a ser solidarios sin condición alguna y sobre todo muestra los valores que
son tan necesarios en esta convulsionada sociedad.
Le pedí a varios consagrados que fueran parte de esta obra, los que no contestaron;
espero que cuando ustedes estén en la cúspide recuerden estas instancias y sean solidarios con vuestros semejantes.
Y para aquellos que ya están consagrados y aceptaron este desafío, les digo:
¡GRANDES DEL MUNDO!
Ustedes son los grandes de espíritu que hacen las cosas desde el corazón y no, por obligación.

Son los que acompañan a los Poetas emergentes para entregarles herramientas
para el desarrollo de sus letras. Por eso los Niños Poetas de Isla Negra, están
integrados a esta obra, porque los ven a ustedes como sus hermanos mayores
que les guían por caminos de Paz y armonía dándoles las posibilidades de
cumplir sus sueños que les harán grandes el día de mañana.
Tengo muchas cosas que decirles, pero ya saben del amor que inunda mi alma,
es para todos ustedes.

Abrazos
Alfred Asís
Estaré mandando detalles del avance de la impresión y exposiciones.
Cualquier otro mensaje lo pondré en mi página personal www.alfredasis.cl
o les enviaré por este mismo medio.
ADJUNTO FOTOGRAFÍAS E INVITACIÓN
NOTA: Nunca pediré dinero por correo a mi nombre si reciben alguna petición no la tomen en cuenta.
(Por si recibieran algún pedido extraño) No faltan los aprovechados.


sábado, 11 de junio de 2011

ANTOLOGÍA HOMENAJE A VIOLETA PARRA

PORTADA ANTOLOGÍA
PATRICE A. BLANCO
RED ESCRITORES COQUIMBO CONJUNTAMENTE CON JAIME LEÓN CUADRA, MONSIEUR JAMES. LOS INVITA A LA ANTOLOGÍA HOMENAJE VIDA, OBRA Y LEGADO DE VIOLETA PARRA.

BASES COMO PARTICIPAR:

Tema único y central - vida, obra y legado de Violeta.

Tres divisiones:

Poética

Narrativa

Arte (fotografías, pinturas, arpilleras, gredas, etc... todo lo que conforme el ámbito de Violeta)

Los trabajos, poéticos, narrativa y de arte, lo mismo que la foto - carné- y las reseñas y bibliografías deberán llegar en un solo docto Word. De acuerdo al ejemplo adjunto. - letra arial, tamaño 14-

No habrá límites de obras a enviar.

Cada participante es el único responsable de sus obras. LA ORTOGRAFÍA, TIPEO, ETC...

ES DE ESCLUSIVA RESPONSABILIDAD DEL PARTICIPANTE Y DEBERÁ ATENERSE A

Letra mayúscula sólo cuando ella es requerida: principio de frase, nombres propios etc.

El no cumplimiento, puede dejar los trabajos fuera de la Antología

Se recomienda inscribirlos en Safe Creative e incluir el número de código, una sola inscripción por el conjunto de las obras que participan.

Esta vez se constituirá un comité de selección cuyas decisiones serán inapelables.

Como de costumbre, la participación no está sujeta a ningún compromiso pecuniario de la parte de los participantes, sin embargo, será bien visto que adquieran a lo menos un ejemplar del mismo.

LOS TRABAJOS PARA LA ANTOLOGÍA DEBERÁN SER ENVIADOS A : monsieurjames@videotron.ca, mencionando en la referencia Homenaje a Violeta Parra.


El plazo mínimo de 6 meses y un máximo de 9 meses. Queremos daros el tiempo necesario para bien comprender las bases y naturalmente que entreguéis de vosotros mismos lo mejor


NIÑOS POETAS PARTICIPANTES EN LA OBRA "MIL POEMAS A PABLO NERUDA"


LOS ALUMNOS DE LAS ESCUELAS "PABLO NERUDA" Y "EL TOTORAL"


JUNTO A LA ALCALDESA NATALIA CARRASCO PIZARRO, ALFRED ASÍS Y DIRECTORA DEL ESTABLECIMIENTO

http://www.ciberexplora.cl/n_formato.htm


domingo, 29 de mayo de 2011

Carilda Oliver: Poeta cubana

Carilda Oliver: Poeta cubana nacida en Matanzas en 1924


A_Carilda_OEstudió Derecho en la Universidad de La Habana ejerciendo la profesión en su ciudad natal, donde además dictó cursos de dibujo, pintura y escultura. Es una de las más sobresalientes poetisas de hispanoamérica, ganadora de importantes premios literarios: Premio Nacional de Poesía en 1950, Primer Premio y Flor natural en el Certamen Nacional, ganadora del Certamen Hispanoamericano organizado por el Ateneo Americano de Washington para conmemorar el tricentenario

del nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz, Premio Nacional de Literatura en 1997 y Premio Internacional José de Vasconcelos en el año 2002. Entre sus obras se destacan: «Al sur de mi garganta» en 1949, «Memoria de la fiebre» en 1958, «Versos de amor»
en 1963, «La ceiba me dijo tú» en 1979, «Desaparece el polvo» en 1983, «Calzada de Tirry 81» en 1987, «Se me ha perdido un hombre» en 1993 y «Libreta de la recién casada» en 1998.

A la esperanza vuelvo, a la madera

Adiós

Amor, ¿Cómo es que vienes?

Anoche

Busco una enfermedad que no me acabe

Callados por la tarde, gravemente

Carilda

Carta II

Con desdén y oro

Cuento

De paso por el sueño

Declaración de amor

Dejadme dar la vuelta

Discurso de Eva

El lirio

El mar

El silencio

Elegía

Elegía en abril

Elegía para decirme

En una carta donde digo: amado

En vez de lágrima

Error de magia

Está bien

Esta memoria

Éste

Éste es mi corazón

Esto

Guárdame el tiempo

Hace un año que busco la forma de mi amado...

Hombres que me servísteis de verano

Jueves

La lágrima

La rosa que cortamos

Me desordeno, amor, me desordeno

Muchacho

No sé cómo diablos te insulta la amapola

Pero jamás

Poesía

Por el mundo

Pronóstico gris

Que yo era una mentira de la luna

Recado

Se me ha perdido un hombre

Te borraré

Te mando ahora a que lo olvides todo

Última elegía

Versos para Ana

Vísperas de boda

Puedes escuchar su poesía en: De viva voz

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lA la esperanza vuelvo, a la madera...

A la esperanza vuelvo, a la madera
que construyó mis días importantes,
a la extraviada primavera
de antes.

A la justicia de mirarlo todo
como si me perteneciera,
que en fin de cuentas no hay un modo
de abandonar el hambre de la fiera.


Adiós

Adiós, locura de mis treinta años,
besado en julio bajo la luna llena
al tiempo de la herida y la azucena.
Adiós, mi venda de taparme daños.

Adiós, mi excusa, mi desorden bello,
mi alarma tierna, mi ignorante fruta:
estrella transitoria que se enluta,
esperanza de todo por mi cuello.

Adiós, muchacho de la cita corta;
adiós, pequeña ayuda de mi aorta,
tristísimo juguete violentado.

Adiós, verde placer, falso delito;
adiós, sin una queja, sin un grito.
Adiós, mi sueño nunca abandonado.



Amor, ¿cómo es que vienes...

Amor, ¿cómo es que vienes
a darle al pensamiento tu estocada
si estoy entre las sienes
-débil mujer a golpes decorada-
y apenas tengo trato con la aurora
por no mirar la luz que eres ahora'?

Amor, ¿cómo es que usas
el mismo corazón en que naufrago
y arrimas tus confusas
palabras al silencio este tan vago
y en brote que es de gloria me enajenas
mientras ardiendo estoy entre las penas'?

Amor, ¿cómo es que tocas
eI mundo donde salgo desmentida,
y vuelves y provocas
de nuevo los dolores de tu huída
si a tiempo de morirme tanto y tanto
te yergues sin cadáver en mi canto?


Anoche

Anoche me acosté con un hombre y su sombra.
Las constelaciones nada saben del caso.
Sus besos eran balas que yo enseñé a volar.
Hubo un paro cardíaco.

El joven
nadaba como las olas.
Era tétrico,
suave,
me dio con un martillito en las articulaciones.
Vivimos ese rato de selva,
esa salud colérica
con que nos mata el hambre de otro cuerpo.

Anoche tuve un náufrago en la cama.
Me profanó el maldito.
Envuelto en dios y en sábana
nunca pidió permiso.
Todavía su rayo lasser me traspasa.

Hablábamos del cosmos y de iconografía,
pero todo vino abajo
cuando me dio el santo y seña.

Hoy encontré esa mancha en el lecho,
tan honda
que me puse a pensar gravemente:
la vida cabe en una gota.


Busco una enfermedad que no me acabe...

Busco una enfermedad que no me acabe
sino el dolor constante de la vida:
algo para fingir que estoy dormida
detrás de este temblor de escarcha grave.

Busco un agua cósmica que lave
la lágrima terrible que me oxida;
busco el morir distinto, y voy herida
por la pena vulgar que nadie sabe.

Y así me marcho, sonriendo a todos,
luminosa de gracia y desventura,
con el secreto horror hasta los codos;

callándome en el verso y en la prosa,
para que escriban en mi tierra dura:
esta mujer ha muerto de dichosa.


Callados, por la tarde, gravemente...

Callados, por la tarde, gravemente,
sin elegir el sitio de la tierra,
tú y yo nos besaremos como en guerra
hasta quedarnos fríos frente a frente.

Yo, cada vez más tumba que se ahonda,
tú, cada vez más carne renovada,
acaso llames y jamás responda
cuando te vuelvas en mi cuerpo nada.

He de tragar entonces, con locura,
en tu vaso de tórrida hermosura
la sangre poderosa que se queja;

y daré media vuelta hacia lo inerte,
perdida en esa luz que te refleja,
tan hambrienta de ti como la muerte.
Última Elegía
Yo podría decir que estoy de primavera
bajo un aire oloroso a luz definitiva,
y podría tapar la mirada bisiesta
que se me está cayendo afuera de la vida,
y ser de flor, de lluvia de mariposa buena,
semejante a este cielo cuidado por la brisa,
a la ignorancia simple con que quiere una abuela
o a la salud del alba, que es casi campesina.

Pero me estoy llorando el corazón que llevo
frente al hombre que tiene un poco de mi frío.
Ya no puedo dormir con párpados violentos:
él me espera despierto en la calle del vino.

Quizás debo acordarme de este color que tengo
y debo ser mas que un rincón de olvido.
Le diré blandamente con mi voz de febrero:
Enséñame una llama que se apague distinto.

Y estaremos las noches que le falten al tiempo
en el lugar humilde donde se acaba un trino;
él, con la frente inútil que le puso el invierno,
y yo, como un adiós sujeto en el vacío.

Carilda

Traigo el cabello rubio; de noche se me riza.
Beso la sed del agua, pinto el temblor del loto.
Guardo una cinta inútil y un abanico roto.
Encuentro ángeles sucios saliendo en la ceniza.

Cualquier música sube de pronto a mi garganta.
Soy casi una burguesa con un poco de suerte:
mirando para arriba el sol se me convierte
en una luz redonda y celestial que canta...

Uso la frente recta, color de leche pura,
y una esperanza grande, y un lápiz que me dura;
y tengo un novio triste, lejano como el mar.

En esta casa hay flores, y pájaros, y huevos,
y hasta una enciclopedia y dos vestidos nuevos;
y sin embargo, a veces... ¡qué ganas de llorar!

Carta II

Llueve contra la tarde y tu retrato.
La mariposa enferma su alegría.
Sobre el tintero se quedó vacía
la pluma con que escribo. Duerme el gato.

Miro para la sal, para el zapato,
para la tarde que se pone fría.
Nada me pertenece. Se diría
que el cielo se ha mudado por un rato.

Como la brisa reza y el mar arde,
las muchachas que están bajo la tarde
se sonreirán en todos los espejos.

Como es domingo, como nadie llora,
yo echaré mis claveles en la hora
sin acordarme de que tú eres. lejos.


Con desdén y oro

Voy a verle
en cualquier sitio,
él pedirá un ron para mezclarlo con mis pupilas;
yo, el crepúsculo.
y me traerán una lágrima.

Voy a verle:
a las seis de la tarde,
cuando los combatientes repasan sus fusiles
y los adúlteros se acuestan con mariposas;
a las seis de la tarde,
sin luna,
cuando por los cines naufragan las divorciadas
y los obreros comienzan a bañarse.
A las seis,
con temblor y relente,
con bochorno,
ciega como leche y sed,
voy a verle.
Azogue en su mano,
una extraña,
qué poco de suerte,
subterráneo para reírme a carcajadas.
Con un traje amarillo como si renunciara a la tristeza
voy a verle.

Tendré cuidado
no sea, que, al abrirme, estalle el sollozo
Y comprenda que delinco.

Seré cauta,
debo mentir: «adiós, alguien espera».
y al levantarme con desdén y oro
crecerán los pulmones donde le respiro
y para que no muera del todo
lo atraparé en mi verso.

Voy a verle
-he dicho en la hermosura-
mientras recupero el ala que no sirve
y llueven los nísperos,
divagan las márgenes rumorosas:
voy a verle
y nos desbaratábamos a besos
y el libro se quedaba a medias
y luego quién creía en los relojes
si aquí se olvidó su boca del binomio de Newton.

Cuento

Yo era débil,
rubia, poetisa, bien casada.
Tenía deudas
y una salud de panetela blanca.
Hicimos una casa pobremente,
muchas ventanas:
para enseñar nuestros besos a las nubes,
para que el sol entrara.

La casa era tan bella
que tú nunca dormías.
Ya no eras abogado ni poliomielítico
ni nada.
Nunca dije:
¿cuándo vas a poner esa demanda?
porque yo tampoco
cocinaba.

Fueron días
como no quedan otros en las ramas.
Yo me empeñaba en sembrar algo en el patio:
tus gatos lo orinaban,
pero era tan feliz que no podía
decir malas palabras.
Ay, una tarde...
( Septiembre tomó parte en la desgracia ),
Ay, una tarde
( Dios estaría sacando crucigramas );
ay, una tarde
pusiste tantas piedras en mi saya
que desde entonces
ando inventándome la cara.
El cuchillo
tenía la forma de tu alma;
yo quería ser otra, hablar de las estrellas...
( sobraron noche y cama ).
Yo me empeñaba en sembrar algo en tu pecho:
tus gatos lo orinaban,
y era tan infeliz que no podía
decir buenas palabras.

Tarde en otoño.
Miré las sábanas amargas,
el jarro de la leche,
las cortinas,
y el crepúsculo me convirtió en su mancha.
( Yo era un clavel podrido de repente,
un canario botado ).
Con empujones que lo gris me daba,
entre temblores,
volví a la falda
de mi madre.

Pasaron tantas cosas
mientras yo me bebía la soledad a cucharadas...

Un viernes
-un viernes en que tu olvido me enterraba-
llegué a la esquina
deja casa.
Estaba allí como una tumba diferente,
se veía otra luz por las ventanas.
Tuve miedo de odiar...
(Ya era hasta mala).

Pasaron tantas cosas;
el tiempo fue cosiendo mi mirada.

Ahora no pueden asustarme con los truenos
porque la luz me alza.
Ahora no pueden confundirme con un libro.
Soy la palabra recobrada.
¡Ríanse,
agujas que en mi carne se desmandan;
ríanse,
arañas que me tejen la mortaja;
ríanse,
que a mí, también, carajo, me da gracia!

De paso por el sueño

Te levanto la noche de la vida.
Deshilvano una luz para tus sienes.
Te visito en el agua y no me tienes.
Cuando llego ya soy la despedida.

Se desangra tu voz como una herida
por el largo secreto donde vienes.
Te pareces al viento, y no detienes
este rostro de nube estremecida.

Pero soy lo que sabes: una pobre
que te pide algún pájaro que sobre,
o el oficio de luna candorosa.

No me quieras llevar a tu desvelo,
porque casi no miro para el cielo
me aburro del canto y de la prosa.

II
Me lo aprendí una noche de azul lento,
bajo la luna abierta encaramada
como niña de luz, en la portada
sonámbula oficial del firmamento.

Me lo aprendí esa noche. De su acento
salía una caricia inusitada;
y en la esquina tenaz de su mirada
me tropecé desnuda con el viento.

Desde entonces anuncia cada cosa
que ha tirado a mis pies, como una rosa,
el corazón absurdo en que vivía.

Y no sé si por eso me persiste
este alegre dolor de ser tan triste
con que sigo durando todavía.

III
Mi corazón de vértigo y remanso,
mi corazón difícil como un nudo
se me zafó una tarde en que no pudo
cuidarse este latido que te alcanzo.

Porque llegaste al aire en que me canso,
amaneciendo mi dolor desnudo,
te quiero así: con amarillo mudo,
inútilmente, y hasta e! tiempo manso.

Me trajeron tan lacia y parecida
a una estatua de carne arrepentida,
que apoyada a la izquierda de tu nombre,

desde mi soledad, casi sonora,
cada noche que estudia para aurora
te espero como a Dios... y vienes hombre.


Declaración de amor

Haz el amor, no la guerra...

Pregunto si llevo corazón
cuando despierto el peligro entre sus muslos,
si me equivoca
cuando preparo la única trinchera
en su garganta.

Yo sé que la guerra es probable;
sobre todo hoy
porque ha nacido un geranio.

Por favor, no apuntéis al cielo
con vuestras armas:
se asustan los gorriones,
es primavera,
llueve,
y está el campo pensativo.
Por favor,
derretiréis la luna que da sobre los pobres.

No tengo miedo,
no soy cobarde,
haría todo por mi patria;
pero no habléis tanto de cohetes atómicos,
que sucede una cosa terrible:
lo he besado poco.

Dejadme dar la vuelta

Ya tuve esta neblina que pesa como un monte,
ya tuve este delirio,
ya tuve este fantasma y lo creí persona,
ya tuve casi el sueño,
y agonicé de pronto sin cerrar la ventana
y me quedé dormida con los ojos abiertos.

Bien sabéis que respiro apenas por milagro,
que estoy de adiós radiante,
de hasta pronto
y no vuelvo.
Dejadme pues alzar este rato de música,
este paisaje breve donde hago maromas,
esta ilusión que tiene un misterio imponente.

Dejadme dar la vuelta de la flor contra el viento
o ser sencillamente una mujer cualquiera
a quien salvó el demonio.


Discurso de Eva

Hoy te saludo brutalmente:
con un golpe de tos
o una patada.
¿Dónde te metes,
a dónde huyes con tu caja loca
de corazones,
con el reguero de pólvora que tienes?
¿Dónde vives:
en la fosa en que caen todos los sueños
o en esa telaraña donde cuelgan
los huérfanos de padre?

Te extraño,
¿sabes?
como a mí misma
o a los milagros que no pasan.
Te extraño,
¿sabes?
Quisiera persuadirte no sé de qué alegría,
de qué cosa imprudente.

¿Cuándo vas a venir?
Tengo una prisa por jugar a nada,
por decirte: «mi vida»
y que los truenos nos humillen
y las naranjas palidezcan en tu mano.
Tengo unas ganas locas de mirarte al fondo
y hallar velos
y humo,
que, al fin, parece en llama.

De verdad que te quiero,
pero inocentemente,
como la bruja clara donde pienso.
De verdad que no te quiero,
pero inocentemente,
como el ángel embaucado que soy.
Te quiero,
no te quiero.
Sortearemos estas palabras
y una que triunfe será la mentirosa.
Amor...
( ¿Qué digo? estoy equivocada,
aquí quise decir que ya te odio. )
¿Por qué no vienes?
¿Cómo es posible
que me dejes pasar sin compromiso con el fuego?
¿Cómo es posible que seas austral
y paranoico
y renuncies a mí?

Estarás leyendo los periódicos
o cruzando
por la muerte
y la vida.
Estarás con tus problemas de acústica y de ingle,
inerte,
desgraciado,
entreteniéndote en una aspiración del luto.
Y yo que te deshielo,
que te insulto,
que te traigo un jacinto desplomado;
yo que te apruebo la melancolía;
yo que te convoco
a las sales del cielo,
yo que te zurzo:
¿qué?
¿Cuándo vas a matarme a salivazos,
héroe?
¿Cuándo vas a molerme otra vez bajo la lluvia?
¿Cuándo?
¿Cuándo vas a llamarme pajarito
y puta?
¿Cuándo vas a maldecirme?
¿Cuándo?
Mira que pasa el tiempo,
el tiempo,
el tiempo,
y ya no se me aparecen ni los duendes,
y ya no entiendo los paraguas,
y cada vez soy más sincera,
augusta...

Si te demoras,
si se te hace un nudo y no me encuentras,
vas a quedarte ciego;
si no vuelves ahora: infame, imbécil, torpe, idiota,
voy a llamarme nunca.

Ayer soñé que mientras nos besábamos
había sonado un tiro
y que ninguno de los dos soltamos la esperanza.
Este es un amor
de nadie;
lo encontramos perdido,
náufrago,
en la calle.
Entre tú y yo lo recogimos para ampararlo.
Por eso, cuando nos mordemos,
de noche,
tengo como un miedo de madre a quien dejaste sola.
Pero no importa,
bésame,
otra vez y otra vez
para encontrarme.
Ajústate a mi cintura,
vuelve;
sé mi animal,
muéveme.
Destilaré la vida que me sobra,
los niños condenados.
Dormiremos como homicidas que se salvan
atados por una flor incomparable.
Ya la mañana siguiente cuando cante el gallo
seremos la naturaleza
y me pareceré a tus hijos en la cama.

Vuelve, vuelve.
Atraviésame a rayos.
Hazme otra vez una llave turca.
Pondremos el tocadiscos para sIempre.
Ven con tu nuca de infiel,
con tu pedrada.
Júrame que no estoy muerta.
Te prometo, amor mío, la manzana.

El lirio

A Raúl Rivero

Llevo un lirio fantástico, tremendo;
bello por fuera y por dentro malo.
Me espanta con su sed. Lo doy, lo vendo,
a cualquiera que pase lo regalo.

Que se vaya a crecer; alto, derecho,
a la tierra más dura de otro hombro.
A mí me da dolor suelto en el pecho,
solitario y de pie como un escombro.

Me estorba su reflejo empobrecido,
su no querer llegar a ser olvido,
su seda intolerable y cenicienta.

¡Quitádmelo de aquí! Pronto... lo pido.
Haced un corazón ciego, abolido,
de este lirio que al fin se me aposenta!

El mar

Como en un lecho me tendí en el mar.
Hechizada por musgos y por linos
tuve acoso de brazos peregrinos
que me echaban las ondas al pasar.

Contra mi carne se batió el azar.
El agua -furia, vértigos y vinos-
se entretenía con los bordes finos
de mis caderas, blancas de esperar.

Entonces: grave, pálido, insereno,
llegaste como llega siempre el mar
y tu mirada me rompió este seno.

Ni Dios mismo nos pudo separar:
cuando una ola te volvía ajeno
entrabas en mis piernas con el mar.

El silencio

A Raúl Luis

No lo puedo decir. La voz precisa
quedó bajo el silencio sepultada;
cuando retoza el crimen ya no es nada
el diente que pelea en la sonrisa.

No lo puedo decir. Y acaso es largo
el camino que el daño me asegura.
No lo puedo decir, y sin embargo
sé que está cerca la total negrura.

No lo puedo decir ...Todas las penas
se van volviendo ya como serenas
soledades que aquí no tienen signo.

Aunque la muerte simplemente abra,
aunque al fin me arrebaten la palabra
no me voy a callar ni me resigno.

Elegía

Los besos se me han vuelto telarañas,
la casa se ha venido abajo,
se derrumba;
ya está rota
aunque tiembla entre gajos y vitrales.

Abierta como madre
la aluden los crepúsculos;
es un desierto borrado por mis pies
que no siguen a nadie.
He claveteado estas persianas
para que no examinen la agonía,
el polvo es mi señor.

Sepultada
por gatos y papeles
jamás sospecharán que vivo.

Elegía en abril

Andaba yo volando por el suelo,
sin zapatos,
sin mi traje de nube de las nubes;
sola para tus manos,
patética,
inviolada,
pobre,
sola para tus manos,
sola,
y me empinaba hasta rozarte el ángel.
Andaba yo
-noche sobre la noche-
distraída en tu voz de inconfundibles dalias;
andaba yo como entre acosos de belleza,
clásica,
lírica,
absoluta,
y en las paredes profanadas por otros sin el sueño
rebotaban lejanías, pedazos de palabras,
besos
que guardaré mañana.
Mi boca dio en la tuya
como un ave de paso.
Pensé en abril
y en que las noches de amor son breves como
fósforos negros
De qué serán los versos sino de aquella sombra
que hicimos sobre el lecho?
Su enredadera me arroja en la inocencia
y otra vez soy la misma
que demoraba su salud de novia.

Me he preguntado hoy si tú entendías la media luz
si hallaste el todo,
si te faltaba piel, no quiero, entraña, como a mí.
Me he preguntado si asumes la ternura de memoria,
si odias tu trabajo, los relojes, mi ómnibus,
el alba fiera, insobornable...
¡Ay, tantas cosas...
(¡Qué trastorno hace aquí si te recuerdo,
qué venas tengo nuevas si me ayudas
a duplicar el alba
otra vez en mi frente!)
Y las preguntas pasan inalterables, con verano,
ayer, ahora, siempre,
siempre, ahora, ayer,
y quedo muda sobreseyendo un pájaro,
la fiebre, el mar,
la arena que debe estar contigo,
todas las soledades,
el desayuno triste como un acuerdo impronunciado.
¡Ay, qué palabra diré para ignorarte,
en cuál silencio no hablaré tu nombre
que ya supe!
Mira, te quejas y el amor instala
la agonía,
el tiempo,
la casa extraña donde empecé tu carne
hecha de estalactitas y misterios.
Mira, te quejas,
y yo me acojo a un zumo de azucenas porfiadas,
a niños que desean intervenir mi vientre.
Mira, te quejas,
y estoy yo sola con tu voz
-nelumbio, amarillez, cauto cristal-
viviendo el alarido de la noche muerta
que resucito en el poema.

Yo me pregunto hoy cómo aplacar el cisne,
lo inefable de tu tedio,
la marca de mi alma,
esto que no es morirme aunque me muero.
Y sigo oscura, oscura, oscura,
por gusto derramada,
como esos sauces que nos dicen llantos
que no oímos,
como esas olas que se acaban tan cerca y no miramos,
como esos cánceres horribles que ni duelen,
como esa luz que aunque es la luz porque es la luz
nos deja ciegos...

Yo me pregunto,
llama que no se dijo,
cerrada puerta,
óxido,
hueso maldito,
sed;
yo me pregunto cómo saberte a toda la sorpresa,
a adolescencia,
a naufragio por fin,
a vértigo,
a imposible;
cómo salir de pronto a condenar tu sangre,
a dividirte en truenos,
a ser otra
metida en tus gavetas de estudiante.
Pregunto,
y me socorren todos los incendios del mundo
y vuelvo sola,
y sola vuelvo
y vuelvo sola.
No sé qué tengo. Digo que es jueves
y me asesina un miércoles.
Llega el frío.
Paseo entre callados árboles
sin otro aviso
que el que me traen las horas que nos vieron.

Elegía para decirme

Yo le recuerdo aquí: donde me duele
el color que le trajo a mi esperanza;
y le recuerdo aquí porque soy triste
y ya no puedo echarme entre sus lágrimas.

¿Qué corazón saldría de este insomnio
si yo supiera ser una muchacha;
si no me pareciera tanto a mis ojeras,
ni a esta tarde de invierno, así doblada!

Pero me acuerdo aquí de que anda lejos
el que vivió a la vuelta de mi espalda.
Me acuerdo de su nombre perezoso
que casi no quería ser palabra.
Me acuerdo de su risa mal abierta
riñéndole por dentro a la mirada,
y de su frente que crecía;
y de su voz inútil como el alba
y de un secreto que quedó inconcluso
aquel domingo en que amó la nada.

¿Qué corazón saldría de este insomnio
si yo supiera ser una muchacha!
Pero me duele aquí, donde me canso,
aquel hombre agobiado por crisálidas.
Pero me duele aquí, donde soy sola,
esta verdad metida entre dos alas.
Qué corazón saldría de este insomnio...

Pero soy todo el blanco que se acaba,
y no me porto bien con la alegría
por lo que traigo al sur de mi garganta.

En una carta donde digo: amado...

En una carta donde digo: amado,
y después otras cosas en que exploto.
Es una carta simple, con un loto
y la letra del ángel dominado.

Una carta donde digo: usado
por este corazón que juega, roto.
Es una carta azul donde te boto
y más tarde te encuentro enamorado.

Es una carta, sí, con que te entrego
esta ilusión -palabra mentecata-.
Es una carta donde digo: luego;

pero entonces adjuro en la postdata,
y firmo de inmediato con el fuego
porque es mucha la vida que me mata.

En vez de lágrima

I
Hugo Ania Mercier: yo te quería.
A tu cuerpo de hombre agonizante
que irradiaba dolor como un diamante,
a tu paso que insiste todavía,

a tu lengua -clavel de la ironía-
que aún esconde callada sed punzante;
a tu mano, nerviosa, azul, de amante
cuya noche del tiempo siempre es mía;

a tu verso que llora aunque me cante,
a tu pila de huesos, insultante,
a tu alma cayéndose de fría

que compuso la muerte en un instante:
¿qué les puedo decir, cicatrizante
de esa augusta verdad que te envolvía?

II
Entre libros te guardo casi seco,
mi animal luminoso, mi demente,
y tu voz que está viva sigue ausente,
mi juguete sin cuerda, mi tareco.

En la paz misteriosa de unos nichos
sin querer ya zafarme de tu frente,
alelada de amor pero impotente,
te he dejado otra vez entre los bichos.

Ah, mi niño de trapo, lis siniestro,
no te puedo rezar ni el padrenuestro.
Ah, ternura que el diablo siempre arranca,

si tenías la luz que maravilla:
¿por qué huiste de nuevo a la semilla,
por qué mataste esa paloma blanca?

III
Nos veremos -dijiste- y tu recado
de poeta infeliz, tonto profundo,
me condena a buscar en otro mundo
ese sueño de ayer que no ha pasado.

¿Fue una cita final o fue un aroma
que me sigue cuidando las entrañas?
¿Fue este poco de fe con que me bañas;
fue, mi hermano de todo, alguna broma?

Ya no tienes la fístula terrible,
ya no tienes soriasis ni enfisema
ni neurosis ni polio ni agonía.

Ya eres lejos, memoria, no, imposible.
estás sano en la gloria del poema.
Hugo Ania Mercier: yo te quería.

Error de magia

¿Sería aquel beso
ya clavándose
sin que supieras darle cuerda
para que saliese a bailar con el domingo?

¿Sería aquel beso
que no quiso mirar el mediodía
y tú, alarmado,
le echaste muchas cosas a ver si lo arrastrabas:
una corriente de merluzas,
el humo del tabaco,
la saliva?

Un beso, nada más que un beso,
sólo un beso,
el simple juego de los labios,
que huyó una noche como perdido de otra alma
y sin saberlo fue tu penitencia.

Todo por un malabarismo sin fortuna,
por un error de magia,
por un ángel hirviendo en la redoma
que al fin se volvió malo
y te tapó la boca.
¿Así que te moriste, mi amor, de pura hambre,
ahogado por un beso
que nunca supo que tenía alas?

Está bien

No digo: amo,
no develo mi historia esta mañana,
respeto a los felices,
voy al bufete,
hago la cama,
me sostengo,
robo una estrella aliada de tus dientes.

Lo disimulo,
vivo entre ómnibus locales,
compro periódicos y sedas.
Llegó visita. (Pintaré mis labios
con la sangre del lunes.)

Me quedan cortos: la locura,
el clamoreo verde del ovario,
la herida que me mandas.
Está bien.
Hoy no puedo derrotarte:
hoy colecciono ácidos y manchas,
hoy esta pena me azoró por dentro.

Mañana trataré de ser como cualquiera,
mañana iré a la exposición de flores
con un vestido nuevo
y me pondré la sombra de oro.
(Tú dirías: ha parpadeado en el champán.)
Mañana bajaré de tanta nube,
miserable, carnal.
No importa que los sueños se despierten
ni que quizás olvide
esta página absurda que ya es del siglo veinte.


Esta memoria...

Esta memoria
que se cierne como los gorriones
en la rama más alta de mí misma,
este escuchar la noche
cuando hace sombra y el perfume
persiste en su influencia,
esas costumbres tuyas
en la casa,
húmeda del ensueño y la porfía.

La casa donde amabas tu inocencia
sigue guardando
esos primores de ceniza,
sigue con tu respiración flotando. A cuestas
trae los fantasmas pensativos:
está mi padre
rodando entre las cosas
( quería decirme: ¡hija,
al fin nos conocimos!... )
Y han vuelto algunos pétalos
que de un botón remoto habían caído.
Ha vuelto todo el tiempo
que borramos,
en este instante en que repito tu nombre
y sin embargo no es latido.
Telarañas me enseñan donde tengo
olvidada la nuca.
Está sin sábanas el lecho,
en un sillón florece el frío.
¿Cuál es el mago que te trae ahora
y te pone a bruñirme las ojeras,
cuál es el rico
que me da tu cuerpo?
Ya no es posible hallarte en remolinos,
la sorpresa sería
comerte con los ojos.

La casa,
la casa enorme con soledades y heliotropos,
lúgubre, vacía,
la casa centenaria sigue goteando
sobre mis heridas.

Arrancaré el azogue de todos sus espejos
buscándote.
Arrancaré las cenefas, los umbrales,
buscándote.
Arrancaré los muebles, los mosaicos,
el sol,
la selva que en el patio ha dado un solo paso,
mi insomnio de leona enternecida;
arrancaré el recuerdo
buscándote,
y he de encajar de nuevo en tus costillas.

Arrancaré los rincones de la casa,
la casa,

la casa donde nos podrimos.
Ha de quedar algún pedazo tuyo entre raíces,
alguna vibración de tus entrañas,
algún cabello que cayó de pronto
y luego fue un hilo de agonía,
el dejo de tu voz entre las horas:
ha de quedar el giro de tu mano, al fin, llamando:
algo espantoso y bello.
Y yo sabré quien eres,
yo te reconoceré
de rodillas ante el grifo del agua,
yo te reconoceré
aunque sea por el gusto del fango;
y te daré por muerto entonces,
devastado este reino;
pero tranquila,
en orden,
porque tendré el consuelo
de imaginarte a salvo de los hombres.

Éste

El mío, el importante, el que me dura;
perfecto como el jueves o el verano.
Este que nunca pierdo, casi hermano,
lo menos frío, la mayor dulzura.

El comparable a un soplo en la cintura,
y la inocente mano de mi mano;
el acostado a sollozar temprano,
el que tiene también de mi locura.

Este que se sonríe de ser hombre,
este de absurdo mal, de fruta en nombre:
mi propio enorme corazón enorme.

El necesario celestial testigo
de mi absoluta palidez de trigo,
que me besa por dentro cuando duermo.

Éste es mi corazón: el partidario...

Éste es mi corazón: el partidario
de los días callados y las frutas.
Hace sus fiebres raras y absolutas
y yo lo pierdo en mí. Soy su sudario.

Nadie sabe el misterio que convoca.
A veces me lo busco y se ha escondido.
Triste nudo fatal, incendio hundido
que voltea su llama hasta mi boca.

Otras veces transcurre por la casa
con algo que se fuga cuando pasa,
como el mar infinito en una red.

Y así el preso es un preso independiente,
y yo soy quien lo cuida, la obediente,
porque puede matarme con su sed.

Esto

Un corazón que nubla sus señales,
una mirada azul velando rosas,
un pie para morir, y muchas cosas
tranquilas en amor, elementales.

Sin lágrimas que pudra sus cristales,
sobre un montón de fiebres dolorosas,
una muchacha así: con mariposas,
quedándose entre músicas cordiales.

Y con esa piedad casi de nube
por todo lo pequeño que no sube,
deteniendo la luz frente a su nombre.

Una muchacha así, en cualquier lugar,
o preferiblemente junto al mar.
Una muchacha así queriendo a un hombre.

Guárdame el tiempo

Vuelves a renovarme el don perpetuo.
Otra vez eres ése
que me enseñó las señales del alba,
el que salvó una hormiga en el borde del vaso.

Vuelves para pedirme que reúna
la corte de los gatos,
que te ampare de aquel golpe en la nuca,
que te dé mi tristeza como un sorbo,
que te recorte alguna uña,
que me moje de ti,
que te alcance el café,
que no oscurezca,
que me case contigo esta noche otra vez.

Se nos quedaron muchas cosas sin hablar,
Necesitamos una cita,
porque
¿a quién le doy tantas caricias
que sobraron,
aquellas que olvidé ponerte sobre el pecho?
¿A quién le cuento
que he planchado, creyendo que era tela,
tu perfil de muchacho?

¿A quién convido ahora con mis piernas
y le enseño el jazmín que nació anoche,
y le pongo una abeja a que lo pique,
y le saludo la inocencia?

¿A quién le miento y juro,
a quién le tiro un pan contra la oreja,
a quién le digo que lo odio,
y luego, que lo amo?

¿A quién le digo hijo,
y me lo paso por dentro como un trapo?
Sé bien que estás metido en nuestros átomos,
que te mueves en ese aire que espantó estas páginas
que observas desde los retratos,
que te has caído hoy contra mi pecho
y para que seamos uno solo
hasta este propio corazón
me lo has parado;
sé que estoy muerta
soñando que te busco por el cuarto.

Guárdame el tiempo.
Guárdamelo.
Estoy segura de que puedes.
Así no ha de caer la luna
ni tendrás que morirte en la mañana
y el jueves será eterno
y te besaré siempre como el veinticuatro
de septiembre
de mil novecientos ochenta y uno.
Guárdame el tiempo,
guárdamelo.

¡Qué no pase ni un minuto,
que nada ciego nazca,
que no se invente un aparato de tortura
ni estalle otra contienda contra el hombre;
que no cacen más pájaros,
que no se malogre la pureza,
que vuelvas
a ser
y aquel esplendor tuyo se mezcle, poderoso,
a mis harapos!

Guárdame el tiempo,
guárdamelo.

Te lo pido con rabia,
con ternura,
con todo lo que no es palabra.
Para que siempre seamos lo estupendo:
hombre y mujer
girando,
nueva especie del mundo;
ya casi un milagro.
Pues me han salido en la cara tus ojos
y a ti en el rostro mi boca,
y no sé cuando te miro si eres tú quien me mira
ni cuando tú me besas
si soy yo quien te ha besado.

Hace un año que busco la forma de mi amado...

Hace un año que busco la forma de mi amado.
Él era joven, bueno, un poco mal hablado
aunque puso una fiesta en cada palabrota.
Entera la sonrisa, el alma casi rota.

Los ojos con la magia lumínica del rayo,
la boca como jueves romántico de mayo.
Iba desnudo y diáfano por gracia de su piel;
suave, con esa única caricia de laurel.

Tenía una manera de amar gentes y trinos
y le colgaban versos, ternuras y caminos.
Se sabe que era humilde. Se sabe que era pobre.
Maestro de las fraguas, artesano del cobre.

Gastaba los insomnios limando alguna espada.
(Quizás quiso con ellas atravesar la nada).
Comía sueños, frutas, neblinas, girasoles.
Guardado estuvo el miedo ahí en sus caracoles.

Me hizo una pulsera de plata: esta serpiente
que llevo aquí en el brazo como una huella ardiente
de aquel que era rebelde, nocturno, tan distinto,
con máscara de broma, pariente del jacinto.

Leía extraños libros. (Se le oye cuando canta
y exprime soledades aún en su garganta).

Fue huérfano de todo. Nació ya siendo hombre.
Mi amante, mi marido. Naufragio fue su nombre.
Vivir sólo quería, mas nunca tuvo suerte.
Se equivocó de vaso y se bebió la muerte.

Hombres que me servísteis de verano

Ese que no dejó de ser mi amante
y al que le debo siempre sepultura,
uno a quien nunca quise lo bastante;
aquél, obra de sueño, conjetura...

Alguien me jugó a nada y tuvo suerte,
otro que no ha venido de la guerra,
éste donde converso con mi muerte
porque me lo disputa hasta la tierra.

¡Salid de la memoria evocadora
con vuestro amor, pues tengo frío ahora!
Sabed todos que os llevo de la mano.

Vuestras sombras estallan como un mito
de vez en cuando aquí. Sois lo bendito,
hombres que me servisteis de verano.


Jueves

Cogí un recuerdo para soportar la fatiga,
pasé la página de mi libreta
y escribí: te amo.
Pero era para no enseñar a todos mi puñal.
(Váyanse a la madre que los parió,
ustedes quieren regalarnos
una sentencia de muerte,
ustedes nada saben del hombre;
métanme presa,
no importa:
pintaré en las paredes de la cárcel!)

Así ha pasado el jueves.
Huí al campo,
pero no era como lo hizo Van Gogh:
llovía,
los pájaros se fusilaban unos a otros;
la tarde sirviendo qué postal estupefacta.
En fin, no queda otro remedio
y vine para casa.
Aquí arden los rincones
y no ha llegado la orden de alzamiento,
los mosaicos de mármol forman luto,
ponen la radio,
no hay teléfono para comunicarse con el absurdo,
guisan lentejas,
me desnudo.
Comprendo que es jueves,
entonces salgo.
Los ómnibus están llenos, camino
sonambulescamente,
fracaso en un semáforo;
aunque eso sí me da la noche con sus astros,
y cuando iba a sonreír
por casualidad
o porque Dios nos tiene siempre asco:
apareces
como un personaje de Deschau.
Te articulas a mi podredumbre,
el tedio entumece las corbatas,
el hambre se te ha vuelto una tira ignominiosa.
Por venganza,
en un descuido,
te adornas con el hueso
de tu hombro poliomielítico.
Verdad que es jueves,
que hay que orinar contra las ceibas.
Montamos el mismo cerdo de tortura,
tenemos la exacta humildad de locos atropellados,
te miro flamear sobre la mesa del café;
debajo duermes.
Ya no te pareces al as de bastos,
tiemblo,
nace el vino,
das un tropiezo con mi tristeza
y vuelves los ojos al humo sin desquite.
(¡Amor mío: vamos a suicidarnos!)
De pronto el crepúsculo suelta un arcoiris
y mordemos la vida.
No sé qué más ocurre
aparte del jueves.
Me pones en un automóvil
con la misma ternura que comemos peces en el
almuerzo
y quizás me he muerto cuando das ordenes:
llévela a su casa;
vive en la otra cuadra de mi suerte.

Luego se me tupe la pluma con esta lágrima.

La lágrima

Como agua pequeñita, como aurora
resplandeciendo así sobre la cara,
como un signo de Dios que se secara
para borrar su marca ya incolora;

como un cristal alegre que demora
sobre mi piel su transparencia rara,
como un hilo de mar que me tocara
o un rocío sin fin en cada hora.

Como espejo que siempre me mirara,
como una estrella diluida y clara,
como gota de lluvia no sonora,

como un brillante pálido que amara
este dolor que tapo con la cara
se me cae una lágrima que llora.

La rosa que cortamos

Yo venía con una paz solemne,
con una fiebre de pascua recobrada;
fija al dolor no obstante,
y ya estabas allí:
pálido papel para mis besos,
como una luz humedeciendo el aire,
lejano ruiseñor copioso,
piedra y carne.

La noche izó su túnel.

Todo fue breve:
el vaso,
la soledad del sur donde comimos.

No era,
No podía ser
porque la rosa que cortamos vuela.





Me desordeno, amor, me desordeno...

Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mal promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno, amor, me desordeno.





Muchacho

Muchacho loco: cuando me miras
solemnemente de arriba abajo
siento que arrancas tiras y tiras
de mi refajo.

Muchacho cuerdo: cuando me tocas
como al descuido la mano, a veces,
siento que creces
y que en la carne te sobran bocas.

Y yo: tan seria, tan formalita,
tan buena joven, tan señorita,
para ocultarte también mi sed

te hablo de libros que no leemos,
de cosas tristes, del mar con remos;
te digo, usted...


No sé cómo diablos te insulta la amapola...

No sé cómo diablos te insulta la amapola,
cómo palpita el tiburón donde te mueres.
Es posible secarse
y estar vivo en una célula terrible.

Parpadea, camina, fulge,
amenaza la música del día,
vete al frutero y ponte alguna. Masca.
Pero tú cruzas, rige la semilla,
va al mar con todo un parlamento mudo,
te estrellas contra mármoles
en el minuto que pare la ternura.
Ya no puedo cantarte:
está mi gente
-pues soy del que más llora,
de los rebeldes maniatados-
y se me va la tinta haciendo guerra.

Pero jamás me pidas la tristeza guardada...

Pero jamás me pidas la tristeza guardada.
(Hay una flor que late y un pájaro que llora
y para no escucharme el alba se demora
porque yo sigo siendo la nunca acompañada.)

De estar un poco mía y otro poco cansada
aquí dentro se rompe una humedad sonora;
y soy la que antes era, la de después de ahora;
la misma soñolienta mujer hecha de nada.

¡Pero jamás me toques el corazón difuso!...
(¿Por qué será, Dios mío, el único que uso?)
Perdida absurdamente en la carne que pienso

me voy volviendo pobre, pequeña como adarme,
y por saberlo todo, ya no quiero salvarme
de esta sangre que tiene un azul indefenso.

Poesía

Por poderosa sangre voy llamada
aun latido constante de temblores.
Me quedo en esa huída de las flores,
con ese fin de soledad tocada.

Y cerca de esto, que parece nada,
me transcurre una furia de esplendores
con ganas de vivir, como dolores
del fondo de la vena a la mirada.

Trasiego audaz, mandato de la estrella
(cuando te llevo aquí casi soy bella):
ahógame en tu rabia salvadora,

recógeme de mí -que soy lo inerte
y tú eres lo que vive de la muerte-
en la pluma patética y sonora.

Por el mundo camino entre los rostros...

Por el mundo camino entre los rostros
buscando el tuyo,
entre sombras que no hace tu cuerpo,
entre besos que no ofreces,
bajo nubes que no te acompañan;
y cuando abro los ojos
al despertarme
es como si me hubiese caído de la tierra.





Pronóstico gris

Algo me está subiendo, que llora desde el fondo:
hoy necesito oír el corazón adentro
para echárselo al perro que está naciendo solo,
y salvar a la llama convicta en la ceniza
y dar a los leprosos la carne que perdieron.

Decidme si no entonces:
¡qué estoy haciendo aquí rodeada de nadie,
acorralada al fin por un humo que asciende?

Decidme:
si no traigo una sonrisa, un gesto,
algo que se me caiga en la esquina del aire
y fabrique una cruz de amor sobre los muertos
¿adónde pongo ahora mi mano enternecida?

Decidme si estoy loca,
si me enfermo de alguna cosa que no se sabe:
porque prefiero ver desdoblada una cinta;
porque después del alba siento
que se vuelve de polvo el borde de la estrella,
y voy al cementerio sin una margarita,
y me paro delante de las palomas presas.

O no me digáis nada:
que ninguna palabra me puede acompañar.

Que yo era una mentira de la luna

No vuelvas, no, porque la noche es una
hechicera cordial que te ha perdido;
verás que ya no soy milagro ardido:
que yo era una mentira de la luna.

No vuelvas, no, porque será importuna
tu palabra de amor contra mi oído;
verás que no es de besos mi vestido:
que yo era una mentira de la luna.

Quédate como el sueño, desadido.
No vuelvas, no, porque tal vez alguna
maldición se descuelgue del olvido

y te toque en un ímpetu de tuna.
Verás, amor, verás que no he vivido:
que yo era una mentira de la luna.

Recado

Amor, amor de aquí: pásame el brazo
por la cintura. Amor, toca esta frente,
di una frase vulgar, casi inocente,
ríe, ríe después... Tengo un retazo

de sol bajo la tela de mi hombro.
Arráncalo de ahí, dáselo a un nido.
Llora como si ya te hubieras ido,
y cállate en el punto en que te nombro.

Amor, amor, ¡sujétame esta gota!
( ¿Verdad que se parece a la mar rota? )
Mi corazón para la luz se cierra.

Al sur de todo vengo abandonada.
Deténme: estoy muriéndome por nada,
arrepentida de mirar la tierra.

Se me ha perdido un hombre...

Se me ha perdido un hombre.

Y lo busco por cifras y guitarras,
por hierbas y entrepisos,
en el cielo,
en la tierra,
dentro de mí.

Se me ha perdido un hombre.

Y me quedo temblando
como quien no come sino polvo,
como quien ya extravió la sombra.

Pero no,
que no,
que no me ayudan a buscarlo.
,¿A quién le importa si su mirada ha derrotado el
tiempo?
¡A quién le importa aquella piel
con ganas
de la luz?
¿A quién le importan unos labios transparentes
que no tuvieron hambre,
unas piernas que sólo corrían al amor?

Se me ha perdido un hombre.

Y todos ríen,
se entretienen,
sudan,
mastican
se desenvainan por las noches;
despreciativos,
inefables,
maromeros,
unánimes,
como si sólo se hubiese caído un alfiler
o la hoja más seca
del árbol del bien y del mal,
como si la muerte no hubiera entrado
a destiempo
en nuestra casa.
Y yo pensando que era demasiado joven,
que reunía láminas y piedras,
pedacitos de mundo,
hierros,
cosas del mar.
Yo pensando en su grandeza
de criatura,
en cómo miraba a Venus al atardecer,
en cómo cayó en la trampa.

Yo pensando
en dónde está la mitad del cuerpo mío,
en quién va a cantar ahora para quitarme el miedo,
en las veces que no nos besamos
y en las que nos besamos,
en sus ojos coléricos frente a la injusticia,
en ese silencio con que me responde,
en la herida que nunca le cosí,
en sus manos.

Se me ha perdido un hombre.

¡Ayúdenme a buscarlo!
Pronto...
Siento frío.

Aquí no hay lámparas ni claves,
no tengo redes
ni computadoras.
no tengo flechas ni radares.

¿Dónde estás?
¿Intenta ser mi sombra el desvalido?
¿Se me ha vuelto invisible entre gusanos?

Te borraré con una esponja de vinagre...

Te borraré con una esponja de vinagre,
con un poco de asco.
Te borraré con una lágrima importante
o con un gesto de descaro.

Te borraré leyendo metafísica,
con un telefonazo o los saludos
que doy a la ceniza;
con una tos o un cárdeno minuto.

Te borraré con el vino de los locos,
sacándome estos ojos;
con un varón metido aquí en mi tumba.

Te borraré con juegos inocentes,
con la vida o la muerte;
¡aunque me vuelva monja o me haga puta!

Te mando ahora a que lo olvides todo...

Te mando ahora a que lo olvides todo:
aquel seno de nata y de ternura,
aquel seno empinándose de un modo
que te pudo servir de tierra dura;

aquel muslo obediente pero fiero,
que venía de sierpes milenarias;
aquel muslo de carne y de me muero
convocado en las tardes solitarias;

aquel gesto de echarme en la locura;
aquel viaje al amor, de mi cintura;
aquel gusto en la piel a lirio extraño,

aquel nombre pequeño bajo el nombre,
aquel pecado de volverte un hombre
en el vicio feliz de hacerme daño.

Última elegía

Yo podría decir que estoy de primavera
bajo un aire oloroso a luz definitiva,
y podría tapar la mirada bisiesta
que se me está cayendo afuera de la vida;
y ser de flor, de lluvia, de mariposa buena,
semejante a este cielo cuidado por la brisa,
a la ignorancia simple con que quiere una abuela,
o a la salud del alba, que es casi campesina...

Pero me estoy llorando el corazón que llevo
frente al hombre que tiene un poco de mi frío.
Ya no puedo dormir con párpados violentos:
él me espera despierto en la calle del vino.

Quizás debo acordarme de este color que tengo
y debo ser más tibia que un rincón de olvido.
Le diré blandamente con mi voz de febrero:
Enséñame una llama que se apague distinto.

Y estaremos las noches que le falten al tiempo
en el lugar humilde donde se acaba un trino;
él, con la frente inútil que le puso el invierno,
y yo, como un adiós sujeto en el vacío.

Versos para Ana

Yo no tengo tu modo de mirar a la niebla
ni tu ademán dispuesto en flor sobre la falda:
a mí me duelen las mariposas muertas
y los atardeceres con familia morada.

Pero tú, que eres triste como para apoyarte,
como para ser pura debajo de un manzano;
tú, sin embargo, sabes
consolar a los pobres con la palabra sábado.

De dónde sacas ese retrato del azúcar;
ese conjunto tibio de sencillez en fiesta?

¡Ah, mujer sostenida por un color a música,
con qué cuidado hicieron tus manos entreabiertas!

Vísperas de boda

Voy perdiendo los días de estar sola conmigo,
los días recién buenos ahora descubiertos,
ahora que se van,
y una tristeza hija de mi tristeza grande
me borra lentamente las ganas de soñar;
y nace como un miedo,
un miedo a ser distinta, un miedo a ser normal,
un miedo a ser como otras: calladas y domésticas,
bondadosas, saludables quizás;
un miedo contra esposos, contra cortinas puestas,
un miedo incontenible de tener un dedal.

No sé de qué me escondo, de qué males escapo
ni qué lágrima extraña me llama desde el mar;
pero es que quiero ahora tener el mundo dentro,
volverme sólo tinta sobre el papel cordial,
caer como centella, parir como una araña
y amar, amar, amar.
Pero es que quiero ahora cubrirme con la noche,
crecer en la ternura, ser astro o animal
pues brama el infinito sobre mi propia carne
y siento como un beso de la inmortalidad.

Cuando tomo la pluma ya estoy acompañada
de alguna estrella absurda que no se va a apagar;
así, llena de gente, de historias increíbles,
de ramos de violetas,
de duendes que no hablan, de nubes y retratos
me reúno conmigo como algo natural.
Todo me deja entonces lejana, distraída,
especialmente tonta,
y a veces en la cama puedo no ser verdad.
Y estoy casi feliz y apenas me sonrío,
bailando como lluvia y amable como el pan...
Por eso en estas vísperas del día de mañana
(adiós, mi libertad)
hago como quien rompe promesas y contratos
y muere de jamás
pues soy una criatura ajena a compromisos
y temo por mis alas que sí saben volar.



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Luis E. Aguilera

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PRIMER CONCURSO LITERARIO RED ESCRITORES COQUIMBO

PRIMER CONCURSO LITERARIO RED ESCRITORES COQUIMBO
Ganadores inauguraran la revista literaria en conmemoración al segundo aniversario RED ESCRITORES COQUIMBO, el 19 de Junio, 2011 RED DE INTELECTUALES DEDICADOS A LA LITERATURA Y EL ARTE, DESDE COQUIMBO, TIERRA DE GABRIELA MISTRAL PINTURA HUMANIDAD: AUTORA: Cristina Alejos Cañada

LISTA GANADORES DEL CONCURSO RED ESCRITORES COQUIMBO


GANADORES POR JURADO

1° LUGAR.............. FLOR DE SOLEDAD…… Redondillas....RAFAEL MERIDA CRUZ LASCANO......Poesía

2 LUGAR ………………PAZ …..MARÍA ORETO…… ……………………………………………………………………………POESÍA

3 LUGAR……………….. Soles y tiempos viviendo…Eloísa Echeverría……………………….Poesía


PRIMER LUGAR ................IMPOTENCIA.................................MARIA ORETO.................................Narrativa

SEGUNDO LUGAR .................VIEJO NUEVO HOMBRE....................BETO BROM.....................................Narrativa

EMPATE:

TERCER LUGAR… SOBRE NUESTROS HERMANOS HUMANOS……… Publicado por Patrice A. Blanco…… NARRATIVA

TERCER lugar…………… IMPIEDAD…… Iniciada por…………………Jaime León Cuadra ……NARRATIVA

EMBAJADORA DE LA PAZ

Arquitectura y Carl Orff

Arquitectura y Carl Orff Agregado por Ignacio González el julio 23, 2009
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